domingo, 12 de junio de 2011

Puertas Abiertas


JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS "ALFOZ DE LARA"

Llevan siglos vigilando desde lo alto de sus torres cada uno de los rincones de los pueblos en los que se encuentran y si sus piedras y muros hablasen revelarían algunos de los secretos más sorprendentes de la comarca. Junto a sus paisajes y vecinos constituyen el patrimonio más importante de Tierra de Lara, sin embargo, se han acostumbrado a la soledad y a que la llave esté echada sobre ellas.

El pasado fin de semama, 14 y 15 de mayo, la Asociación Tierra de Lara, organizó las jornadas de Puertas abiertas de Iglesias, esta actividad, ya en su tercera edición, mantiene abiertas las iglesias durante todo el fin de semana,  donde los habitantes del pueblo explican a los visitantes, muchas veces con sus vivencias y anécdotas, la historia de su iglesia, la visita del pueblo y de la iglesia es  conplementada  con un concurso de pinchos que cada pueblo ofrece al visitante en su cantina o  local social.

Cada año La Asociación de tierra de lara, fortalece estas jornadas con actividades  complementarias a lo largo de los 32 pueblos que conforman esta asociación, como son repique de campanas, bailes regionales, representaciones de teatro y actuaciones musicales. Pero sin duda, las protagonistas de estas jornadas son las iglesias, que gracias a sus características se pueden clasificar en tres grupos que permiten crear tres rutas para facilitar su visita: la ruta del románico, la ruta de las iglesias rojas y la de iglesias blancas.

RUTA DEL ROMÁNICO

Los interesados en el arte románico podrían comenzar su visita por la iglesia de Vizcaínos, que tiene una esbelta torre y una galería portificada. Pertenece al último cuarto del siglo XII y es dependiente del segundo artista del convento de Santo Domingo de Silos. Tras Vizcaínos es parada obligada Jaramillo de la Fuente, cuyo templo está construido en la misma época que el anterior. Además de una bonita torre, conserva una elegante galería porticada, cuyo origen hay que buscarlo en la fría y lluviosa climatología serrana y la necesidad de cobijarse a la espera de las celebraciones religiosas. También hay que tener en cuenta que en el siglo XII era típico celebrar los concejos abiertos a las puertas del templo.
La iglesia de San Millán de Lara sería el próximo destino. Hoy en día permanece como una parroquia románica pero se desprende de documentos históricos que nos encontramos ante lo que fue una abadía y más tarde un monasterio dedicado al patrón de Castilla, San Millán. Tras San Millán espera Iglesiapinta, antes de llegar al pueblo nos saluda, a la derecha, y alejada del pueblo su iglesia, utilizando restos de una ermita anterior, nos encontramos con una iglesia de principios del siglo XII, prerromántica, austera, y como la mayoría, espoliada por los amigos de lo ajeno, que aun conserva estelas funerarias.

  En Rupelo su templo llama la atención por su bella ubicación, a las afueras del pueblo, tras pasar por un puente de piedra sobre el río Valparaíso y transitar por un estrecho camino. Después, se podría llegar hasta Lara de los Infantes, cuya iglesia fue monasterio perteneciente a Silos primero y a la catedral de Burgos después. La estructura del coro y el facistol son restos de época monacal. Dentro de esta ruta del románico también merece la pena visitar las iglesias de Cascajares y Jaramillo Quemado. La primera de ellas tiene propiamente románico el ábside, el muro norte y tal vez la pared hastial de poniente.

IGLESIAS ROJAS.
Este grupo de templos se caracteriza por el tipo de piedra de su exterior, una arenisca más rojiza. La ruta comenzaría en Palazuelos cuya iglesia fue terminada a finales del siglo XVIII sobre un templo anterior del siglo XIII y cuya construcción es esencialmente gótica. El camino prosigue por Villamiel, para ver su templo al que se llega por un camino empedrado. Tiene características del mundo tardogótico por lo que se cree que se levantó hacia mediados del siglo XVI. La siguiente parada tras Villamiel es Tinieblas que tiene un templo de una sola nave, basilical, con muros de piedra de sillería y cubierta de bóveda de medio cañón. Muy cerquita está Tañabueyes, donde su iglesia de Santa Eulalia de Mérida tiene un retablo anónimo cuya realización es mixta, pintura y escultura, de principios del siglo XVI, cuando el gótico ya agonizaba y el renacimiento comenzaba a ejercer su influencia.
El próximo punto a visitar sería Quintanilla Cabrera, cuyo templo tiene muchas similitudes con el de Villoruebo, que comenzó a construirse a finales del siglo XV. A este momento corresponden tanto el ábside como el tipo de bóvedas y de pilares y los contrafuertes, entre otras cosas. Tiene una segunda etapa de construcción en el siglo XVII que le aportan elementos barrocos y su torre, posiblemente de finales del XVIII tiene aires clasicistas.
Este recorrido finalizaría en Mazueco, cuya iglesia de San Torcuato se asienta sobre restos de un templo románico, del que persisten algunos canecillos y parte de los sillares. La obra actual parece definitivamente de finales del siglo XV.

IGLESIAS BLANCAS

Su color, más blanquecino, caracteriza a los 18 templos que completan esta ruta que comienza en Los Ausines, donde se pueden visitar tres iglesias en cada uno de sus tres barrios, San Juan Bautista, San Miguel y Santa Eulalia. La próxima parada sería Revilla del Campo, una obra que se puede definir como de cruz griega por las capillas funerarias añadidas. Por sus formas, que se mueven entre el tardogótico y el renacimiento, parece que esta monumental y espectacular iglesia comenzó a construirse en la primera mitad del siglo XVII. Su torre corresponde a una época posterior, por su estética barroca.
La iglesia de Quintanalara, de la misma época que la anterior, tiene tres naves y planta de gran salón y fue reformada en la década de los noventa. La visita prosigue por Torrelara, que conserva formas románicas de lo que fue un templo anterior para después hacer parada en PaulesTorrelara, que conserva formas románicas de lo que fue un templo anterior para después hacer parada en Paules, donde su iglesia se caracteriza por su sencillez tanto exterior como interior.
También se pueden visitar las iglesias de La Aceña y La Vega, hasta llegar a Campolara, una obra del barroco con formas churriguerescas. Después espera Villaespasa, con una iglesia construida con buena piedra sillar, entre dorada y cobriza. La idea es continuar por Mambrillas, para visitar la edificación en honor a San Juan Bautista, y por Hortigüela, que tiene un templo de fábrica gótica.
Quintanilla de las Viñas, donde también existe una ermita visigótica, sería la siguiente parada, para luego tomar dirección Cubillejo de Lara, Cubillo del César, Cuevas de San Clemente y Cubillo del Campo, donde finaliza esta ruta.

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